El día hoy ha salido soleado, el País Vasco se está portando muy bien en este aspecto con nosotros, así que hemos decidido hacer una pequeña excursión, ya que las distancias no son grandes. Hemos desayunado sin prisas y din pensarlo mucho hemos cogido el coche dirección Vitoria. La carretera genial, eso sí, de peaje (12 euros ida), pero el caso es que en una hora y poco entrábamos en la capital de Álava, y de Euskadi. Nuestra sorpresa ha sido lo tranquila que hemos visto la ciudad. Nosotros pensábamos que habría muchos visitantes… pero no. La gente con el buen tiempo parece que ha tirado al monte y a la playa… así que hemos podido aparcar en una zona muy céntrica, por el parque de la Florida. Una preciosa zona verde en el centro de la ciudad en la que nos hemos encontrado con un bonito monumento al famoso Festival de Jazz de la ciudad en la forma del trompetista Wynton Marsalis.
Sin duda es una zona muy agradable para pasear.
De aquí nos hemos ido directamente hacia la céntrica Plaza de la Virgen Blanca o Plaza Vieja, principal lugar de encuentro de la ciudad, con su monumento central a la Batalla de Vitoria (1813). Esta plaza une la zona del ensanche con el Casco Viejo.
La plaza es una gozada, llena de bares y de gente, con la escultura vegetal del nombre de la ciudad, conmemorando que fue nombrada Capital Europea Verde de 2012. Por un lado da a la bonita Plaza de España (1791), dónde se encuentra el Ayuntamiento, y por otro se sube a la Iglesia de San Miguel. Justa allí, a la puerta de la iglesia, se encuentra el Balcón de San Miguel con la conocida y muy querida en la ciudad estatua a Celedón, personaje que bajando del cielo en paraguas, da inicio a las fiestas de la ciudad el 4 de agosto.
Desde allí las vistas de la plaza son inmejorables…
Por la parte alta de la colina hemos dado un paseo por el casco antiguo medieval, viendo las murallas restauradas… algún mural adornando edificios…y eso sí, un ritmo muy pausado y tranquilo. Con pocas aglomeraciones (más bien ninguna), bares de pintxos y tapas con poca gente… en fin, que nos ha sorprendido, la verdad.
Hemos picado alguna cosa… pero la verdad es que como los pintxos de Donostia no hemos encontrado. Y así, hemos ido andando sus bonitas calles. Al bajar del casco medieval de nuevo a la plaza, hemos pasado a ver la Plaza de España y el Ayuntamiento antes nombrado, de aire muy similar a la que hay en Donostia o en Bilbao, la verdad. y más tarde, ya de vuelta nos hemos acercado a la Catedral de Santa María, que estaba cerrada, como casi todo hoy.
Relajadamente hemos vuelto paseando otra vez el Parque de la Florida y antes de volvernos hemos recorrido el Paseo de la Senda para acercarnos a ver la residencia del Lehendakari, el Palacio de Ajuria Enea, y unos cuantos edificios muy bonitos que se pueden allí disfrutar.
Y así, entre bonitos edificios y melancólicos paseos de árboles sin hoja hemos acabado de disfrutar nuestra salida a Vitoria. Se nos queda una sensación un poquito rara… hemos visto la ciudad casi despoblada. Imaginamos que su día a día será muy diferente…
Mañana seguramente nos quedaremos para disfrutar más pausadamente de Donostia, haciendo alguna cosa que nos ha quedado pendiente, esperemos que el tiempo siga respetándonos como hasta ahora. :))