Ya de vuelta, sentado frente al ordenador, recuerdo estos cinco días con cariño. Budapest es una ciudad preciosa, maravillosa para pasear y perderse por el centro sin rumbo fijo. El Danubio te da una referencia esencial, y a partir de ahí puedes ir perdiéndote y descubriendo un precioso parque, una asombrosa fachada “art nouveau”, un monumento conmemorativo de la guerra mundial o un político importante, o puede aparecer la imagen de esos bonitos tranvías amarillos frente a ti… y si te cansas, nada mejor que entrar a una de todas esas cafeterías con encanto que llenan sus calles para tomarte algo por la tarde.
Antes de venir, con pocas referencias reales, pensé que me encontraría una ciudad de casitas de cuento centroeuropeo… pero no, Budapest es una señora ciudad con sus grandes edificios y su ambiente señorial, con el Parlamento, la Opera, la Catedral o el Palacio Real… y me ha encantado.
El Danubio es su eje, su columna vertebral, y para mi una maravilla para saborear. Inevitablemente acabas a su lado varias veces al día. Eso si, descubriendo cada vez una vista diferente, ya sea en el lado de Buda, en el de Pest… o cruzando alguno de sus maravillosos puentes.
Es un sitio fantástico para pasar 3 días completos y encima se ha portado tan bien con nosotros que nos ha ofrecido solecito casi todos los días… Ah! Y si vais no olvidéis dejaros unas horas para visitar un balneario!!
La compañía ha sido, como siempre, la mejor posible. Teresa aguanta mis venazos y comparte mi pasión, que también es la suya… una GRAN SUERTE poder compartir mis viajes y mi vida con ella!
Una vez más hemos viajado con la ilusión de la primera vez, con la mente abierta para mirar y aprender antes que juzgar, y no podemos más que estar contentos y felices con lo que hemos encontrado… ahora es momento ya para recordar este y para que nuestra ilusión empiece a maquinar próximos proyectos.
Por muy malas que sean las noticias de esta endemoniada crisis que parece que no remite, y que se empeña en responsabilizar a la gente normal como yo, que no tenemos culpa de nada, yo seguiré buscando la manera, pues lo que no conseguirán es quitarme la ilusión… Hasta la próxima,
David
Toca hacer balance de nuestro paso por Budapest… han sido unos días fantásticos en los que hemos exprimido al máximo lo que esta ciudad tan bonita ofrece a los que la visitan. Budapest es una ciudad cómoda, digna de pasear y pasear horas y horas… Lo cierto es que Hungría nunca me había llamado especialmente la atención y su capital ha sido todo un descubrimiento. Las personas que la visitan dicen que les suele recordar a Praga… bajo mi punto de vista Budapest es mucho más cosmopolita, en ella se respira otro ambiente diferente. Tiene un halo de misterio y de tristeza que es muy atrayente, y sin duda el inmenso Danubio la hace todavía más especial si cabe. Si no la habéis visitado no dudéis en hacerlo!
Cerramos el capítulo de Budapest y miramos al futuro con ilusión, algo que en estos tiempos puede suponer todo un reto aunque con David siempre es más fácil ver el vaso medio lleno que medio vacío y la vida se vuelve mucho más alegre, siempre! Todavía sigo sin creerme la suerte que tengo… 🙂
Vendrán tiempos mejores, seguro… y seguro que vendrán acompañados de viajes en los que conocer nuevos lugares, nuevas gentes y crecer… y vivir…! Nos leemos pronto,
Teresa