Empezamos viaje cogiendo el tren destino Barcelona y en poco más de 3h estábamos ya en la preciosa ciudad condal. Por horarios hemos tenido que hacer noche, así que hemos aprovechado para dar una vueltecita y comer en el buenísimo Ramen-Ya Hiro, un pequeño establecimiento que nos ha transportado a nuestra visita nipona de hace un par de años. Nos lo hemos apuntado como uno de los lugares a repetir, sin duda.
Por la tarde habíamos quedado en ver a Sandra, una amiga de Teresa, pero antes nos hemos pasado por la heladería de los hermanos Roca que acaba de abrir en Barcelona, el Rocambolesc a hacernos un heladito. Caro, sí… pero estaba buenísimo!!
La tarde se nos ha pasado volando de charreta entre cervezas…
…pero nos hemos retirado pronto pues había que madrugar para coger el vuelo hoy destino Bergen! El plan ha sido milimétrico y la verdad es que ha salido perfecto. En cuentión de 3 horitas y algo aterrizábamos y teníamos otras 3 horas para pasear un poco el casco antiguo, dar un vistazo… y volver al aeropuerto a volar a Stavanger. Al añadir la visita al Pleikestolen una ver medio montado el viaje, nos ha obligado a hacerlo de esta manera, aunque si le sirve a alguien, se puede volar a Stavanger directamente desde España y después volver desde Bergen para evitar desplazamientos.
Bergen nos ha recibido nublado y fresquito, la verdad, pero comiendo unas salchichas hemos cogido fuerzas para dar la vueltecita.
Hemos llegado al puerto, en el casco antiguo (Bryggen) y sin darnos cuenta nos hemos metido en una especie de mercado con una cantidad inmensa de marisco, salmones, pescados y moluscos diversos con una maravillosa pinta… eso sí, los precios un pelín altos… por decirlo de alguna manera.
Pasear por este barrio, el más antiguo de Bergen, es una verdadera gozada, como estar dentro de una de postal, con sus preciosas casas tradicionales de madera, muchas de las cuales eran almacenes a principios del S.XIV.
Con el tiempo tan ajustado, el plan ha sido claro: pasear sin un rumbo determinado para tener un primer vistazo de este bonito barrio, lleno de calles bonitas y alguna que otra plaza encantadora.
…y hemos visto un enorme troll!!! 🙂
El espectáculo de los edificios no cansa, así que después de un cafetito hemos seguido nuestro paseo visitando también bonitos callejones de madera en los que hemos encontrado tiendas de grabados, de ropa de invierno (carísima), souvenirs…
..más trolls, ciervos disecados, pieles, figuritas…
Vamos, que nos ha encantado!!! Tiene un encanto especial, un ambiente muy agradable y un entorno a orillas del mar y a la vez entre colinas realmente privilegiado.
Las 3 horas se nos han pasado volando, así que hemos ido a la parada del autobús (flybussen) que hace el trayecto aeropuerto-Bryggen en poco más de 20min. El aeropuerto es pequeño así que en poco tiempo subíamos al avión de wideroe que en poco más de media hora nos dejaba en la ciudad de Stavanger.
Y así acaba nuestro primer día, ya preparados para hacer mañana las dos horas de subida que nos llevará a uno de los sitios más bonitos y esperados que vamos a ver, el Pleikestolen. Pero eso será mañana, ahora es hora de descansar…