Llegamos al último día del viaje en Edimburgo y al levantarnos damos un corto paseíto para acercarnos al cementerio de Greyfiars para acercarnos a la bonita historia de fidelidad de Greyfiars Bobby, un perro que en el S.XIX pasó 14 años al lado de la tumba de su amo muerto por tuberculosis. La gente se encariñó con él y le fue llevando comida y al morir lo enterraron junto a la tumba de su dueño. Decir que incluso se han hecho películas de esta emotiva historia…
Una vez visitado al lindo perrito, hemos ido hacia el castillo, principal objetivo del día de hoy ya que necesita de algunas horas para visitarlo.
Decir que, al ser agosto, a la entrada del castillo había montadas unas enormes gradas al más puro estilo futbolero, pues es donde estas noches de agosto se realiza el Royal Edinburgh Military Tatoo un enorme espectáculo de luz, música, desfiles, acrobacias… nos quedamos con las ganas de verlo, la verdad. Quizás a la próxima!
El castillo es simplemente impresionante! Residencia real de los reyes de Escocia en el S.XI y poderosa fortaleza militar, ha tenido un papel central en la historia de Escocia. Eso sí… es inevitable tener que lidiar con muuuchos turistas. De hecho, se hace imprescindible comprar la entrada con antelación. Una buena opción es comprar la entrada combinada (explorer pass) con el castillo de Stirling y muchos lugares más, que sale mucho mejor de precio. Nosotros compramos la de 72h.
Al llegar te esperan, a cada uno de los lados del pórtico de la entrada principal, Robert Bruce y William Wallace, conocidos por todos gracias a Hollywood y Braveheart. Y una vez lo pasas llegas a una serie de cañones alineados donde está el conocido One O’clock Gun, un flamante cañón de 25libras de la II Guerra Mundial que se dispara todos los días a la 1.
El castillo no se puede abarcar en unas horas, así que lo mejor es disfrutarlo sin agobiarse demasiado.
Hay diferentes lugares con exposiciones interesantes, muchas de carácter militar, claro. También hay recreaciones de las antiguas cocinas… de las prisiones… Interesante sin duda.
En la parte alta se encuentran las joyas de la corona escocesa (hemos tenido que hacer una cola de casi media hora) que vale la pena visitar. También la pequeña St. Margaret’s Chapel, capilla considerada el edificio más antiguo de la ciudad que tiene alguna bonita vidriera.
Y la plaza con el palacio real y el gran salón con sus armas y armaduras…
Sin duda se necesita al menos un par de horas y media para verlo con cierta tranquilidad. no para abarcarlo todo… pero sí, al menos, para darle una vuelta a todo.
La verdad es que nos ha encantado, ha sido un buen colofón a Edimburgo. Después hemos comido alguna cosa y para descansar nos hemos dado una vuelta por la maravillosa librería Waterstones, donde hemos comprado alguna cosa y hemos acabado tomándonos un tranquilo té con maravillosas vistas… :))
Aún nos han quedado fuerzas para pasear y disfrutar de espectáculos callejeros festivaleros…
…y ya al atardecer ha sido momento de hacer nuestra última visita a un pub y disfrutar del ambiente cervecero de estos encantadores lugares.
Para rematar la noche, hemos querido probar para cenar un lugar diferente, y hemos pensado en ir a un restaurante vegetariano con muy buenas críticas, el David Bann Restaurant, y la verdad es que ha sido todo un descubrimiento. No pensaba (dentro de mi ignorancia) que un restaurante vegetariano pudiera ser taaan sabroso.
…y así hemos llegado al final del día… y del viajecito! El resto ha sido madrugar muuuucho (como info decir que el bus que va de la ciudad al aeropuerto funciona 24h y sale cada 10 min, un lujo) y unas cuantas horas para volver.
Se acabó otro bonito viaje, momento de repasar los lugares preciosos que hemos visitado… e ir pensando en el siguiente!! :))