Empezamos viajito a Vietnam cogiendo un vuelo, esta vez desde Barcelona, que nos ha traído vía Doha (Qatar) a la mítica Ciudad de Ho Chi Min, quizás mucho más conocida por su antiguo nombre, Saigón. El vuelo… pues bueno, pesado, qué vamos a decir después de un día entero de viaje!! Aunque lo que acabó haciéndolo más pesado fue la escala de 7 horas en Doha (Qatar). Menos mal que a la vuelta solo tenemos 2 horas de transfer!! Eso si, íbamos preparados con chaquetilla y forro polar para esas horas porque, al igual que pasa en Dubai, el aire acondicionado está altíiiiiiisimo!!!!!
Eso si, del avión de Qatar Airways no tenemos ninguna queja. Avión cómodo, comida buena, películas, música… vamos, una buena elección volar con ellos 🙂
Llegamos de noche y reventados, así que no nos lo pensamos, taxi directo al hostel en la zona mochilera de Pham Ngu Lao, el BB Backpackers. Y como siempre pasa con los taxistas de tooodo el mundo, los dos primeros nos quisieron timar… y ya el tercero accedió a el precio normal, que ya conocíamos. Tope de 10 dólares por llegar a la ciudad, en una media hora. Llegamos, bocado rápido en modo zombi y a la cama… cerrando así el primer día.
Hoy ya la cosa ha sido diferente, nos hemos despertado pronto sin signos de jet lag, cosa que se agradece y a las 8 nos hemos ido a desayunar a una cafetería muy cuca de aquí al lado, Sozo, cuya política de empleo es ofrecerlo y enseñarlo a la gente más desfavorecida. El café buenísimo y las galletas que ellos mismos elaboran, para chuparse los dedos.
Una vez empezado bien el día, hemos empezado la ruta propuesta por la guía que nos ha llevado a descubrir a nuestro ritmo el viejo Saigón. En pocos minutos y a través de un bonito parque, hemos llegado al famoso mercado de Ben Thanh, un interesante mercado que más parece un gran bazar con montones de callejones estrechos en el que puedes encontrar cualquier cosa: desde puestos de fruta, especias, café, zapatos, relojes, telas para hacerte lo que pidas a medida, camisetas… vamos, de todo.
Menos mal que nos ha pillado al principio, que si no empezamos a cargar… y a saber!!
Y en la salida, hay una bonita estatua ecuestre de un famoso general del S.XV, Tran Nguyen Han.
De allí nos hemos dirigido a una calle de anticuarios, viendo cosas curiosas muchas de ellas de la guerra contra los EEUU, cuando nos hemos cruzado con un colegio de primaria con una clase haciendo Ed. Física. Claro, me ha parecido interesante y nos hemos acercado… y una cosa ha llevado a la otra hasta que sin darnos cuenta he acabado en medio del patio jugando con los niños…
Estas son las cosas bonitas e inesperadas de los viajes, una mirada, una sonrisa y unas preguntas curiosas… y la gente te abre las puertas sin dudarlo. Ya sólo eso te llena de alegría… 🙂
Nos hemos quedado un ratito… pero claro, había que continuar, así que entre sonrisas nos hemos alejado y hemos llegado a un mercado callejero, con fuertes olores de carnes, pescados o vistosos puestos de frutas.
Nos hemos ido acercando al río ya con el calor apretando de lo lindo mientras veíamos el imponente rascacielos Bitexco Financial Tower de 68 pisos y 265 metros.
Ya tocando el río Saigon, el Hotel Majestic (1925) si que nos ha parecido una preciosidad llena de historia, ya que en la II Guerra Mundial los japoneses lo utilizaron como cuartel militar…
Hidratándonos ya cada dos por tres por el sofocante calor, hemos llegado a un de las calles más famosas de la ciudad, Dong Khoi, famosa por ser calle de muchas tiendas y con hoteles caros en la zona. Tiendas tan famosas como esta que nos hemos cruzado… 😛
La verdad es que es una calle agradable que nos ha llevado al bonito edificio colonial de 1897 de la Ópera, donde recordamos la exuberancia de la belle èpoque francesa.
Justo al lado del famoso Hotel Continental, donde Graham Greene solía alojarse y que tuvo un importante papel en su famosa obra «El americano impasible».
A pocos pasos de aquí, y buscando sombras con desespero, hemos llegado a uno de los hitos de la ciudad, el edificio del Comité del Pueblo y antiguo Hotel de Ville de principios del S.XX, y a la estatua del héroe nacional que actualmente da nombre a la ciudad: Ho Chi Min.
Aunque estábamos ya bastante cansado, aún hemos tenido tiempo de ver el precioso edificio de Correos, diseñado por G. Eiffel, con un precioso interior, y la Catedral de Notre-Dame con una gran estatua blanca de la Virgen María…
Un descanso de media hora con un par de «ice-tea» con helado tropical, medio bocadillito de atún en unos cómodos asientos con aire acondicionado nos ha dejado como nuevos para continuar, y enseguida nos hemos cruzado con este simpático vietnamita que, buscando negocio, nos ha hecho reír un rato de manera amigable…
Ya con la ruta que queríamos hacer hecha, y aún con fuerzas, hemos ido a visitar la famosa Pagoda del Emperador de Jade, una visita interesante pero un poco alejada de nuestro objetivo inicial. En ella el humo y olor a incienso inundaba todo el ambiente con imágenes de deidades que nosotros no acertamos a entender…
Y a estas alturas ya nos merecíamos una buena comida vietnamita, así que buscando un poco hemos tenido la gran suerte de encontrar el Restaurante Vietnamese Noodles, una delicia de lugar con un staff servicial y una comida buenísima…a las imágenes me remito.
Aún nos han quedado unas pocas fuerzas para acercarnos al Museo de Recuerdos de la Guerra... en el patio del cual podemos ver espectaculares vehículo blindados, aviones, helicópteros, piezas de artillería… del ejercito de EEUU.
Pero lo verdaderamente aterrador es lo que ves en el interior del edificio… ver todas las atrocidades documentadas que se explican y muestran en las salas ponen los pelos de punta y te hacen saltar las lágrimas. La guerra es brutal y aquí se muestra de la manera más cruda y muchas de las víctimas son civiles. También se ven las heridas y las consecuencias a lo largo de los años de las armas químicas que allí se utilizaron… en fin, un museo que todo el mundo debería visitar antes de pensar en embarcarse en cualquier tipo de acción militar… Es una auténtica vergüenza y una salvajada lo que podemos llegar a hacer los hombres, la sinrazón de lo que podemos ser capaces de hacer. Tristeza… rabia… impotencia… se mezclan muchos sentimientos viendo estas cosas.
No hemos creído conveniente mostrar fotos de estas atrocidades… pero si un par de imágenes que hay en el museo. Además hay una bonita sección de carteles…
Y con el cuerpo raro, pero contentos de haber visitado el museo, nos hemos vuelto al hostel… que ya nos tocaba un descanso y una duchita!!!!!
Ha sido un día intenso y bien aprovechado. Saigon, con su trafico infernal, ríos de motos, cláxones sonando continuamente, calor, sudor y polución….
…también tiene cosas interesantes que conocer, y bien merece dedicarle al menos un día para conocerla. Hemos sacado el máximo partido de este día y mañana ya partimos hacía el norte del país, hacía Hanoi. A partir de allí ya iremos volviendo dirección sur.
Ahora es momento de comer algo y descansar tranquilamente… seguiremos informando!! :))
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