Hemos empezado nuestro segundo día en Isle of Skye con dos claros objetivos que cumplir, y hemos tenido suerte de que el día ha vuelto a salir bastante bueno, la verdad. El primero era dirigirnos una horita en coche (la isla no es tan pequeña como puede parecer), hacia un bonito castillo, el Dunvegan Castle, hogar durante más de 800 años del clan McLeod que, además de estar emplazado en un magnífico lugar y tener unos preciosos jardines, tiene un embarcadero desde donde salen pequeñas barquitas para ver de cerca una colonia de focas.
Así pues, en casi una horita pues nuestro hostel está a la entrada de la isla, hemos llegado a este interesante castillo y la bucólica naturaleza que lo rodea.
Su costa es de una increíble belleza, y vale la pena tomarte tu tiempo para disfrutarla, sobretodo en un día como hoy, que no estaba nada mal.
El interior es bastante interesante y vale la pena dedicarle algo más de media hora a ver sus diferentes salas, pero no se pueden hacer fotos, así que si queréis verlo, tendréis que acercaros hasta allí… 🙂
Otra de las cosas que merecen atención y un tranquilo paseo son los jardines que lo rodean, en los que podemos encontrar preciosas y coloridas flores…
Pero sin duda, el plato fuerte (al menos para nosotros), era subir a esas pequeñas barquitas para no más de 6-7 personas y dar el paseo de media hora para ver la colonia de focas que vive cerca del castillo…
En pocos minutos la emoción nos ha invadido. Las bonitas y tranquilas focas aparecían a docenas, descansando plácidamente y mirando con curiosidad a la barca que se acercaba sin molestarlas…
No es que las fotos sean con zoom…no… es que las focas estaban realmente cerca!! A escasos 4-5 metros las veías relajadas, ajenas a cualquier estrés…
Además el barquero era un chico muy majo que nos ha ido diciendo cosas… como cual era la más mayor, una foca con el morro rojo que tendría alrededor de unos 30 años… nos ha señalado las crías, a las que no se podía acercar…en fin, una maravilla! Lástima que la media hora haya pasado taaan rápido. Aún con la boca abierta y los ojos como platos del momento tan especial, la barca ha emprendido la vuelta…
Así que, una vez todo hecho, y aunque se nos había hecho un poco tarde, hemos cogido el coche para ir a nuestro segundo objetivo: el Neist Point and Lighthouse, el punto más al oeste de la isla con un fotogénico faro y unas maravillosas vistas. Lo malo es que no estaba tan cerca como creíamos y la carreterita en algunos momentos no era demasiado buena, la verdad. Nos ha costado casi una hora llegar!! Eso si, las vistas al llegar valían la pena…
Nosotros pensábamos que con el coche llegaríamos hasta el faro, como hicimos el año pasado en la preciosa ruta de faros que hicimos en Maine (EEUU), pero no. La realidad es que hay más de 40 minutos de ruta, sencilla aunque con bastante pendiente, como tantos lugares aquí!
Además se nos ha puesto a llover un poco… pero nada demasiado molesto. Lo que sí que ha sido molesto, una vez más, son los midges!! Hemos cruzado alguna nube de estos desagradables mosquititos que casi te hacen perder los nervios… y eso que llevábamos repelente!!
Por suerte no ha sido demasiado y hemos podido disfrutar de la maravilla natural que es el Neist Point y su bonito faro, antes de coger el coche y prepararnos para una tiradita un poco pesada, ya que antes de cenar teníamos que salir de Skye y llegar al pueblo de Laggan, donde estaba nuestro alojamiento de hoy…
Desgraciadamente, todo el respeto que ha tenido el tiempo atmosférico en Skye nos lo ha perdido en el momento de salir, y esto se ha traducido en hacer tooodo el camino lloviendo y con niebla!!! En fin, hemos llegado al hotel… aunque un poquito cansados, la verdad… mañana más.
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