Llega Semana Santa y aprovecho para hacer una escapadita para descubrir un rincón de nuestro Mediterráneo que aún no he visitado: la pequeña isla de Malta. Esta vez Teresa no me acompaña, algunas obligaciones no le permiten venir, aunque sin duda viaja conmigo. :)) Viajo sin mucho plan programado, se que quiero ver algunas cosas… el resto lo iré decidiendo mirando el mapa y la guía, viendo sobre la marcha qué me apetece ir haciendo. Seguro que irá genial.
Agradezco mucho que el vuelo salga desde Valencia, cosa que no ocurre muy a menudo, y que no sea a horas intempestivas. Así que no he tenido que madrugar…y en poco más de un par de horas el vuelo ha aterrizado en una soleada Malta. Da gusto que el tiempo acompañe!!
Lo único que he hecho en el aeropuerto ha sido comprarme un bono de viajes ilimitados en transporte público para una semana (21€). Yo solo estaré 5 días, pero aún así me va a salir a cuenta, pues cada viaje vale 1,5€, y además no tendré que preocuparme más. He tenido que esperar media hora a mi bus… pero no tengo prisa, así que no ha sido un problema. Estoy de vacaciones! :))
Encontrar el hostel en el tranquilo barrio de Sliema no ha sido difícil, así que tras dar un bocado no me he podido resistir a coger un bus que en un cuarto de hora me ha llevado a La Valletta. Además todo el camino es por la costa, por lo que es muy bonito.
No voy a hacer una sucesión de explicaciones de la preciosa ciudad. Mi intención era andarla, pasearla y disfrutarla sin mucho rumbo fijo. Así que he entrado por la Puerta de la ciudad de Renzo Piano con su moderno edificio del Parlamento nada más entrar y me he puesto a andar y mirar con la gran curiosidad y positivismo que me produce llegar a un lugar nuevo por descubrir.
Las sensaciones eran fantásticas. Calles llenas de ambiente con un estupendo sol que invitaba a sumergirse de lleno en la historia.
Es fantástico ponerse a andar y ver que al final de la larguísima calle por la que has entrado, se vea el azul del mar. Y mientras ver terracitas como la que hay en la plaza donde está el edificio de la Biblioteca Nacional.
Una de las señas de identidad de La Valletta es, sin duda, los típicos balcones malteses o gallarija, de origen desconocido, que llaman la atención desde el primer momento.
Con el calor que ha hecho, no me he podido resistir a comerme el primer helado del año, por supuesto en el lugar más conocido de la ciudad, en Amorino, un clásico delicioso!!
Otra de las cosas que llaman la atención es la cantidad de esculturas (todas religiosas) que hay en las esquinas de las calles. Algunas realmente espectaculares!
El paseo me ha ido llevando en dirección descendente, hasta llegar cerca del mar, donde esta el Fuerte St. Elmo con vistas al Fuerte Rikasoli. Vistas espectaculares de un precioso Mediterráneo con un intenso azul o los faros que delimitan la entrada… Las vistas me han tenido un buen rato alucinado, disfrutando el momento sin prisas.
…y andando por la zona cercana al agua he llegado a unas casas de pescadores algo degradadas, la verdad, con unos preciosos y vistosos colores, donde reinaban por encima de todo, un grupo de gatos.
He estado a punto de entrar en el National War Museum y pasear por el fuerte… pero quedaba menos de una hora par cerrar, y no valía la pena ir con prisas. Así que he seguido andando hasta llegar al Memorial de los caídos en la 2WW, con su enorme campana, y a los Lower Barrakka Gardens, que tienen unas preciosas vistas de esa zona, y un templo neoclásico dedicado a Alexandar Ball.
El día empezaba a ser agotador, pero en el camino de vuelta hacía el bus, aún he tenido tiempo de disfrutar de calles preciosas, detalles de puertas, cúpulas, esculturas o fotogénicos torreones…mucho tiene La Valletta para el paseo de una tarde.
He salido con la firme intención de volver a pasearla y entrar en algún sitio como la Concatedral de San Juan, que parece que por dentro es espectacular, la Libreria Nacional… o tal vez el Museo de la Guerra… ya veremos si hay tiempo.
Ya con un importante dolor de pies, he cogido el bus nº13 dirección Sliema, después, de camino a cenar, aún he podido ver este precioso atardecer para cerrar un día fantástico.
Mañana tengo pensado ir a un bonito pueblo de pescadores donde ponen un enorme mercado dominical… veremos como se da el día. :))