Nos hemos levantado con ganas de seguir paseando por Venecia. Teníamos toda la mañana para disfrutarla con tranquilidad y, ya que teníamos el billete de vaporetto para 24h no hemos dudado en ir a cogerlo para disfrutar por el agua todo el Gran Canal… eso sí, sin olvidarnos primero del capuchino y el croissant que nos entraba con el alojamiento…
El día ha salido grisaceo, con su niebla casi perpetua que le da un aspecto algo tristón.
La verdad es que el vaporetto es una experiencia para saborearla, ya que a lo largo del Gran Canal vas disfrutando de preciosos palacetes y vas viendo góndolas y barquitos desplazándose en todas direcciones…
Por ejemplo, Ca d’Oro es considerado el edificio gótico más sobresaliente de toda Venecia…
Y presidiendo la entrada (o salida) del Gran Canal está la imponente y hermosa Iglesia de Sta. María della Salute (S.XVII)
Una vez en la Piazza San Marco teníamos un primer objetivo, que era subir al Campanile, así que allí hemos ido.
El precio no es barato, son 8€, y tiene un ascensor que te sube en un momento. Las vistas desde arriba son, sin exagerar, una maravilla. Sin duda vale la pena incluso aunque haya bastante niebla como hoy..
También hemos querido acercarnos al café Florian, en plena plaza, donde Lord Byron por un lado, y Henry James por otro, solían desayunar. Nosotros hemos preferido no consumir… pues 14€ por un café en la terraza nos parece un “poquito excesivo”… sí, he puesto bien el precio… sí…
También hemos visto con un poco más de calma los fantásticos mosaicos de la fachada… y bueno, hemos paseado y paseado…
También hemos querido entrar en el Palacio Ducal… y la sorpresa ha sido que no existe entrada sencilla paravisitarlo. Has de comprar una combinada con un montón de museos… y como ya no teníamos tiempo, al final no hemos entrado… la próxima vez será.
Los precios de las góndolas es, sin duda,otro despropósito. El precio 80€ por menos de una hora… que se pueden regatear hasta 60€, es algo de lo que hemos podido prescindir. Además existen las góndolas que se encargan de pasar a pasajeros de una orilla a otra por 2€… el trayecto son solo 5 minutos, pero es suficiente par saber lo que es sin que te sientas estafado…
En fin, y callejear y andar hasta el dolor de pies es lo que hemos hecho.
Así hemos llegado a la hora de comer, pero antes nos hemos hecho el típico aperitivo que se toman por aquí… el spritz.
Y poco a poco se ha hecho hora de dirigirnos a la estación, al lado de la cual está el decepcionante puente de Calatrava…
Nos hemos despedido de Venecia, y en cuestión de menos de 3h hemos entrado en Milán, nuestra última parada entes de volver. Sin perder tiempo nos hemos ido al Duomo para darle un vistazo tanto a la catedral como a la Galeria V.Emanuelle II, ya de noche, con las luces. Es algo que hay que ver… mañana lo veremos de día.
Siguiendo a Ulises 