Nos levantamos en Washington sin ánimo de hacer nada…la caminata del día anterior fue importante, así que desayunamos tranquilamente antes de ir a coger el bus a las 11,30h dirección Richmond, Virginia. Viajecito de 2h que acabaron siendo tres debido al tráfico. Eso sí, el bus Greyhound igual de confortable que el anterior. Si tenéis que desplazaros en bus, es una buena elección. Y finalmente llegamos a Richmond!! Allí nos esperaban Anthony y Emilio, dispuestos a hacer de grandes anfitriones y mostrarnos los rincones de esta tradicional ciudad sureña, que fue capital de la Confederación durante la Guerra Civil. Casualmente llegamos el dia del Watermelon Festival… una curiosa fiesta centrada en la sandía con montones de puestos de comida en la calle, música en directo… y todas esas cosas de las fiestas. Pero preferimos abandonar a las multitudes y disfrutar de las bonitas calles del centro…
Nos sorprendió la cantidad de bonitos murales de diferentes tipos que inundan la ciudad…
La ruta del segundo día empezó por la visita al Virginia State Capitol, diseñado por T. Jefferson, en el jardín del cual encontramos una estatua a Allan Poe, que vivió y residió en esta ciudad.
De allí, paseo por bonitas calles con casas de bellos porches con la bandera ondeando en muuuchos de ellos hasta llegar a la iglesia de St. John’s, famosa porque fue allí donde el líder de la emancipación estadounidense Patrick Henry dio su famoso grito de «¡DADME LIBERTAD O MUERTE!»
También nos acercamos a la Casa Blanca de la Confederación, residencia del presidente confederado Jefferson Davis, antes de hacer la inevitable parada para tomar un café y un delicioso carrot cake!!!
El día fue desarrollándose sin prisa pero sin pausa… así que nuestra siguiente parada fue el fascinante Museo de la Guerra Civil en la fundición histórica Tredegar. Un maravilloso museo que explica las causas y el devenir de la Guerra de Secesión desde varias ópticas… la verdad es que es muy didáctico y ameno. Sin duda valió la pena la visita.
Sí… tal vez vestirse de la época no era necesario… pero fue para entender mejor la época… 😛
El río James está tocando el museo… así que no dudamos en pasar a la Belle Isle Park, una pequeña isla que sirvió de cárcel en la Guerra Civil, para comernos el sandwich con unas bonitas vistas entre un mar de rocas.
La verdad es que nos cundió mucho el día, pero el agotamiento fue llegando y, además teníamos cena familiar con la familia de Anthony, así que no tardamos en volver. Recordamos que aquí la hora normal de cenar es alrededor de las 7… y nos encanta adaptarnos a las costumbres de los lugares que visitamos… por supuesto! Por cierto…solo un pequeño comentario a la preciosa casa enclavada en medio del bosque y a la gran hospitalidad de la que fuimos objeto en estos días… nos trataron de una manera inmejorable y les estamos muy agradecidos! :))
y que delicioso el rum cake que hizo su madre!! :))
…y así, como quien no quiere la cosa, ha pasado volando nuestro tiempo en Virginia… Hoy nos hemos levantado viendo una serpiente en la piscina (no sabemos si es una copperhead snake, que es venenosa… pero se parecía). Nos hemos despedido de la familia, la madre y Alex que es el primo de Anthony… 
…y hemos dado una última vuelta visitando el interesante Museo de Bellas Artes y viendo más murales callejeros realmente chulos…
…antes de comer y dirigirnos al aeropuerto.
Lástima que la perfecta planificación se haya truncado por el pequeño inconveniente del retraso de 2 horas del vuelo a Boston!! pero bueno, no todo podía salir perfecto, y nuestro paso por Richmond lo ha sido.
Hemos conocido una típica ciudad sureña, un ritmo diferente, más pausado de lo que habíamos visto. Preciosas casas con sus porches y sus mecedoras. Hemos aprendido un poco de su historia y disfrutado del bonito río James… y nos han tratado genial! Así que nos llevamos un gran recuerdo de nuestro paso por aquí y continuamos viaje por Boston. No hemos podido ver nada por el retraso del vuelo, así que mañana descubriremos que nos ofrece… ahora es hora de dormir! :))
Siguiendo a Ulises 