Hoy nos hemos levantado sin ropa limpia… pero con fuerzas renovadas. Contentos, hemos salido de nuestro hotel después de haber dormido de lujo. Desayuno sencillo y últimos detalles de la ruta a hacer. La verdad es que las posibilidades son inmensas en esta ciudad, así que hemos decidido ir a una zona que nos venia relativamente cerca, el sur de Higashiyama, y hacer una ruta aconsejada por la Lonely Planet para ver lo mejor de esos lares.
Ya de camino por una amplia y bonita avenida, nos ha llamado poderosamente la atención dos cosas. Una, la música ambiental que había en la calle con música clásica. Pensábamos que sería en un trozo… pero no!!! la tienen en toodas las calles!!! :O Y lo segundo, el poquísimo ruido que había. Esta claro que la mayoría de los coches son eléctricos… que la gente es silenciosa… sí sí… lo que sea… pero resulta muy llamativo!!
En cuanto mirabas a una calle fuera de la avenida, las calles pintorescas se sucedían…
…y así, nos hemos acercado al primero de los templos del viaje, Kenin-ji, el templo zen más antiguo de Kioto y un remanso de paz y tranquilidad
Nada más entrar, encuentras unas fabulosas pinturas del periodo Edo de los dioses del viento y del trueno…
Y a partir de ahí, unas deliciosas y diáfanas salas por las que pasear que dan a preciosos jardines zen.
…y alguna pintura de un japonés con aparentes malas pulgas…jeje
Además, en un edificio al sur, se encuentra esta fantástica pintura mural de dos dragones.
Al ser el primer templo, lo hemos tomado con calma, y en la parte exterior hemos visto, aunque pequeño, el primer tori..
…pero no hemos olvidado lo mucho que había que ver, así que con un calor que empezaba a apretar, nos hemos puesto en camino y no hemos tardado en ver mujeres con vistosos kimonos como ropa de calle… además de alguna tienda que los vendían.
Por suerte, para el agobiante calor los japoneses tienen solución, ya que en casi todas las calles, hemos vistos maquinas de bebidas diversas a un módico precio… aunque a nosotros de momento, nos apetecía agua!!
Dirigiéndonos hacia las colinas de Higashiyama, hemos paseado preciosas calles alrededor de la Yasaka Pagoda.
Hasta llegar a Kiyomizu-dera, templo budista Patrimonio Mundial al que se llega tras la empinada Chawan-zaka (calle de la tetera), lleno de tiendas de comidas y souvenirs a ambos lados.
Con una gran terraza que sobresale por encima de la ladera.
Además, hay un santuario, el Jishu-jinja, donde los visitantes buscan tener suerte en el amor, o saber de su futuro de diferentes maneras por unas monedas, eso sí. Aquí vemos a Teresa haciéndose una foto con Okuninushi, el dios del amor… y yo lavándome las manos en una de las muchas típicas fuentecillas que hay para ello.
Un complejo de templos impresionante, sin duda.
Con un calor sofocante hemos ido bajando la colina y nos hemos encontrado con este extraño templo… no nos preguntéis de que es porqué no tenemos la menor idea.
Y este calorno podía provocar más que una cosa… un delicioso granizado!!! Este, de mango…mmm….
El día ha sido un no parar!!!! Antes de comer aún hemos visto el memorial a los muertos en la 2ºGuerra Mundial (Ryozen Kannon), con su enorme figura de 24m…
…y el templo budista Kodai-ji, con sus preciosos jardines, sus templos y un bosquecito de bambú.
Comer hemos comido tarde… la verdad. Pero hemos disfrutado de nuestro primer ramen!!!
Y con unas pocas fuerzas más, aún hemos visitado dos lugares más, el santuario Yasaka-jinja con sus rojos colores y un bonito tori…
…y la joyita final, Shoren-in, residencia de un abad supremo budista tendai con una bonita sala principal y, sobretodo un maravilloso y tranquilo jardín en el que hemos descansado los pies, ya maltrechos, la verdad.
Contentos y felices, pero reventados, hemos hecho camino hacia el hotel, comprando algo de ropa, pues la que llevabamos daba pena, y hemos visto esta curiosa tienda que en seguida nos a recordado a Gloria (la madre de Teresa) y su amor a los gatos… 🙂
La ducha y el descanso han sido increíblemente placenteros… ¡QUÉ GUSTO DA DESCANSAR DESPUÉS DE UN DÍA ASÍ!!
Por último, decir que mi abuelo ya me avisó… me dijo que para qué iba tan lejos si seguro que aquí comían también paella… y mucho me he acordado de él cuando, buscando un lugar para cenar, nos hemos topado con esto…
…si es que… ¡¡¡CUÁNTO SABEN NUESTROS MAYORES!!!! jajaja
Cenita de sushi que no hemos documentado y chaparrón espectacular por las calles de Kioto… de las maletas.. ¡¡nada se sabe!! Y hoy nos empieza a preocupar un poco… veremos si mañana tenemos una alegría. Ahora con los pies hinchados, nos vamos a dormir. :))
Que recuerdos!!!
Las calles de esa zona son preciosas 😉
LA verdad es que sí… una autentica preciosidad! :))